Date un baño con una exploradora subacuática
Bucear en cuevas subacuáticas es como un infierno para muchos. Para Jill Heinerth es un paraíso.
La exploradora subacuática canadiense, Jill Heinerth, ha buceado en
algunos de los lugares más extremos del mundo: desde cuevas hasta
entrañas de icebergs en la Antártida. Pero lo suyo no es simplemente el
subidón de adrenalina, lo que busca ante todo es información valiosa
sobre nuestros sistemas de agua dulce.
-Como buceadora de cavernas suelo nadar en la venas de Madre Tierra,
explorando los recovecos más oscuros de nuestro planeta. A mucha gente
le echa para atrás la mera idea de bucear en cavernas subacuáticas pero a
mí me atraen todos esos pasillos estrechos y el tener que abrirme
camino en la oscuridad, dependiendo únicamente de una tecnología muy
delicada. Es mi lugar de trabajo. La oscuridad es mi oficina. Mi
supervivencia depende de un equilibrio muy fino entre miedo y sed de
descubrir.
El buceo en cuevas se ha descrito como el deporte más peligroso del
mundo, además de ser una frontera muy fina entre exploración científica y
descubrimiento. A pesar de que tenemos equipos y métodos de
entrenamiento muy modernos, hay una media de 20 personas que fallecen
cada año practicándolo.
Una mala decisión trabajando podría costarme la vida y mi nombre y mi
legado se añadirían a una larga lista de buceadores de cuevas que han
perecido en las entrañas de la tierra.
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